Sinopsi
La noche del 30 de octubre de 1938, Orson Welles, al frente del Mercury Theatre, lanzaba a las ondas la adaptación radiofónica de La guerra de los mundos, la célebre novela de H. G. Wells. El programa, hábilmente maquillado (no en vano era la noche de Hallowe'en), pretendía ser un anodino espacio musical súbida y repentinamente interrumpido por unos alarmantes boletines informativos que iban dando cuenta de los extraños acontecimientos que, al parecer, se estaban produciendo. A medida que entraban en antena, los testimonios de los supuestos testigos oculares y las precisiones de unos científicos no del todo inocentes fueron disipando cualquier duda: el país se enfrentaba a una invasión alienígena. Las reacciones no se hicieron esperar. Se calcula que seis millones de oyentes escuchaban la emisión y que al menos un millón fue presa del pánico. Algunos se atrincheraron en sus casas entre lágrimas y rezos, o huyeron despavoridos, convencidos de la irremisible conquista del planeta. Otros corrieron a reunirse con sus seres queridos, se despidieron de ellos por teléfono o se apresusaron a avisar a los vecinos. Las comisarías de policía y los hospitales se vieron colapsados por miles de llamadas. Aunque la invasión marciana no llegó a producir víctimas mortales, hubo quien, llevado por la desesperación, estuvo a punto de ingerir veneno, así como no pocos abortos y piernas rotas. La inocentada, que se saldaría con una larga y costosa serie de procesos contra la CBS, lanzó a la fama a un jovencísimo Orson Welles y le abrió las puertas de Hollywood.