Sinopsis
Willem de Kooning escribió en «El Renacimiento y el orden» sobre el impulso, la fuerza o la conciencia que definen a los artistas como transmisores de un lenguaje basado en signos. La expresión de lo sórdido en Goya, los mitos de Mark Rothko, la negación del hombre en Franz Marc, la venganza de la clase política de Thèodore Gericault y lo trágico y sublime de William Turner son algunos de los mensajes que nos han llegado a través del arte.
La autora ha elegido algunos artistas que representan de forma precisa la vía de la que habla Kooning, desde las pinturas paleolíticas de la cueva de Chauvet hasta las obras del arte moderno como Picasso, Malcolm Morley, Mario Merz, Marlene Dumas, Louise Bourgeois, Richard Long o Joseph Beuys. Todos ellos tienen elementos para introducir su obra dentro de los artistas dinámicos: el proceso gestual, el trazo firme y la temática ancestral, además de ciertas emociones como la libertad, la violencia, el amor o la pacificación mediante el arte.