Sinopsis
En sus versos afilados, embriagados pero certeros, Ovidio ofrece numerosos preceptos para acercarse a las mujeres.
Muy anterior en su espíritu al amor romántico, el acercamiento sobre el que el poeta nos instruye es de condición estrictamente carnal, en primer y también en último lugar.
La palabra “amor”, tan presente en su poesía, no debe invitar, en este caso, a caer en el error: el aprendiz de Ovidio no encontrará sentimentalismos, la comunión de espíritus afines, ni cosas de ese estilo.
En esta lid, pues la búsquda del trato carnal con las mujeres así se considera, y no como un ejercicio pacífico y entusiástico, casi todo está permitido. Ovidio no proscribe las tretas o las argucias, la mendacidad o las estratagemas, sino que más bien las promueve y recomienda.