laburpen
No me atrevo a decir que Siete maneras de decir manzana ofrezca teorías, aunque es obvio que sí pone sobre la mesa algo más que simples opiniones. Probablemente sería más exacta, aunque también sea más modesta, la palabra conjeturas, porque eso es lo que, en el fondo, son todos los intentos de fijar algo tán etéreo y cambiante como es la poesía: un empeño estéril, por fortuna, porque la poesía desaparecería, con toda seguridad, el día en que alguien lograse demostrar qué es exactamente y pudiera establecer las reglas y fórmulas que asegurasen el éxito como escritor a cualquiera que las siguiese. La sorpresa es lo contrario de la certeza, y si de algo está hecha la poesía es, justamente, de sorpresas, de descubrimientos, de paradojas... Los caminos ya andados sirven para los paseantes, no para los descubridores.
Ojalá este libro consiga esconder entre sus páginas la llave que buscan quienes desean abrir la puerta de la poesía, tanto para leerla como para escribirla. Yo he dicho todo lo que sabía, pero aprenderé nuevas cosas y habrá más libros parecidos a éste en el futuro. Volveremos a vernos, no lo duden.