laburpen
Publicado con ocasión del quinto centenario de la muerte de Antonio de Lebrija, este iluminador ensayo de Juan Gil recompone la vida y obra del humanista sevillano, limpiando su alta figura de los malentendidos e inexactitudes con los que la posteridad ha desvirtuado su perfil verdadero. Empezando por la deformación del nombre de su ciudad natal, el halo mítico que envolvió al nebrisense causó estragos que afectaron tanto a la recepción de su obra como a la magnitud de sus indudables logros, a los que se sumaron otros espurios. Yendo al grano, como el maestro, «sin perderse en ampulosidades retóricas», el ensayista evalúa los pasos del gramático —también lexicógrafo e historiador, un verdadero precursor de la ciencia que siglos después se llamaría filología— en su gran aventura intelectual. Con erudición impecable, no exenta de la ironía tan apreciada por el de Lebrija, Gil celebra al hombre —un andaluz «de mucho gracejo y acerado ingenio»— y su extraordinaria contribución al humanismo, nacida del puro amor a los clásicos y a nuestra joven lengua española. «El hombre de letras suele ser engreído y vanidoso, pero pocas veces luchador y combativo [...]. Mientras sus compatriotas paseaban las armas de España por todo el mundo, el sabio Antonio de Lebrija decidió librar en solitario otra batalla sin cuartel, incruenta, pero más necesaria y no menos dura y afanosa: la guerra contra la incultura y la barbarie».