laburpen
Después de tres años podemos, por fin, leer el nuevo poemario de Andrea Abello, dueña de una escritura exquisita, exótica, fantabulosa, y que sigue demostrando con su nueva obra que la poesía puede renovarse desde el género de la narrativa fantástica, al son de los mundos de Michael Ende.
¿De dónde surge la escritura de Andrea Abello? Esta pregunta incluye el asombro —cuánto necesitaba, quizá sin saberlo, leer estos poemas— y esconde la trampa, porque en cierto modo le niega vínculos con quienes le preceden.
elena medel
En Duende, Andrea Abello propone un amor como aquel de Platero y yo: la ternura infantil hacia un animal […] Duende, el personaje, no es ni masculino ni femenino, porque tampoco es reptil ni mamífero, ni humano; es lo puramente otro y lo puramente proteico, como el lenguaje efervescente del libro.
juan andrés garcía román