laburpen
Fusaro denuncia que el capitalismo realmente existente –turbocapitalismo,
lo denomina– pretende la creación de una multitud precarizada,
indiferenciada, sometida a idénticas normas, incapaz de resistir
al haberse destruido de forma significativa las organizaciones que debían
ampararla. Y todo ello en convivencia con una supuesta “izquierda”
liberal, sumisa y ciega, definitivamente sometida.
La potente herramienta que está utilizando ese turbocapitalismo es
la destrucción de la identidad, tanto colectiva como individual, para
alcanzar una nueva identidad colectiva homogénea, en la que la precarización
y el sometimiento sean definitivamente posibles.
Afirmarse en la propia identidad no implica rechazar al otro, sino
alcanzar la fraternidad mediante el diálogo de identidades diferentes.