Sinopse
Uno de los grandes libros de memorias europeos del siglo XX.
Una nueva traducción de un clásico moderno del humanismo.
San Michele es el nombre que el médico noruego Axel Munthe dio a la villa que compró en Capri en 1887. Construida en el punto más alto de la isla —en el lugar que antes ocupara la residencia del emperador romano Tiberio—, Munthe pasaría allí el resto de sus días, convirtiéndola poco a poco en un refugio de belleza para su singular personalidad: un verdadero prodigio arquitectónico, un mundo de pérgolas y jardines, de perros, monos y lechuzas, de esculturas, sarcófagos, mosaicos y columnas por el que desfilarían todas las grandes personalidades de la época, desde Henry James o Stefan Zweig hasta Greta Garbo o la princesa Victoria de Saboya.
Memorias desprejuiciadas de un brillante médico humanista; evocadora semblanza del Mediterráneo de un apasionado de su arte, su historia y sus gentes; elegante libro de viajes de un aristócrata diletante y flâneur; alegato filantrópico y pacifista de un hombre entregado a los padecimientos de todos los seres vivos… Historia de San Michele es una obra única y magistral, un clásico contemporáneo convertido por derecho propio en uno de los grandes libros de memorias europeos del siglo XX.
«Unas memorias europeas comparables a las de Stefan Zweig, la obra de un doctor que nunca se rendía, y porque amaba la vida, supo disfrutarla como nadie y se volcó como pocos
en combatir a la muerte».
Sergio Vila-Sanjuán, La Vanguardia
«Nadie busque en Historia de San Michele esa visión ingenua y nominalista de la memoria. Hay en la obra una valiosa representación de la vida europea en los años finales del siglo XIX y comienzos del XX».
Mauricio Wiesenthal
«A lo largo de diez años Munthe escribió Historia de San Michele, del que se vendieron más de treinta millones de ejemplares y que se tradujo a cuarenta idiomas, llegando a alcanzar tanta popularidad como Lo que el viento se llevó o Doctor Zhivago».
María Belmonte
«Su vocación de médico le obligó a vivir siempre junto a la muerte. Pero amó con todo su corazón la vida».
Mauricio Wiesenthal